viernes, 16 de septiembre de 2011

Los mexicanos valoramos el presente.


*Discurso de la Sgto. 2/o. de Cadetes Evelin Zarate por el CLXIV aniversario de la Gesta Heroica de Chapultepec.
 
Los mexicanos atesoramos nuestra historia. Herencia legítima y aleccionadora que se engrandece al recordar a nuestros Héroes de Chapultepec.

Aún niños, Francisco Márquez y Vicente Suárez,demostraron amor y lealtad a la Patria con bizarría y espíritu de sacrificio.

Melgar y Montes de Oca, pequeños grandes defensores que al ofrendar su vida encontraron la gloria.

El arrojo de Escutia y De la Barrera contribuyó a que la joven Patria no se extinguiera.

Gesta que se convirtió en hazaña y leyenda, referente de nuestro aguerrido pretérito para entereza de la Nación. Después de más de un siglo y medio, su epopeya continúa siendo paradigma en la mocedad castrense.

Hoy nos convocamos ante los mármoles y bronces que los simbolizan y rememoran, para honrarlos a todos:como cadetes; como soldados y como ilustres paladines.

Los mexicanos valoramos el presente.  

Hace unos días, en su mensaje con motivo del Quinto Informe de Gobierno, el señor Presidente de la República hizo un balance del estado que guarda la Nación.

Mencionó con claridad que es mucho lo que falta por hacer. Sí;  pero también los avances significativos que apuntan hacia una transformación del país y que de ninguna manera debemos pasar inadvertidos y mucho menos desdeñar.

El derecho a la salud, educación, vivienda y alimentación, son logros inéditos a ponderar. Nunca antes hubo tantas escuelas, hospitales, carreteras, fábricas, viviendas y espacios deportivos como hoy.

Quien crea que en el país hay desaliento, que salga temprano a las calles a observar cuántos pequeños estudiantes acuden a recibir educación; futuros ciudadanos que abrigan en su corazón y espíritu el amor a su país y la ilusión de vivir mejor. Que acuda a los hospitales y vea cuantas personas reciben ahora atención médica gratuita.

México tiene muchas cosas positivas…muchas.

Como lo expresara recientemente nuestro Comandante Supremo: “…México es mucho más que noticias de violencia…”.

Recordemos en todo momento que hay más de cien millones de verdaderos compatriotas, auténticos y bragados, que se esfuerzan para dar fisonomía propia y grandeza a nuestro país.

Más de cien millones de optimistas, que son ejemplo del ahínco nacional. Mujeres y hombres de palabra activa; de definición cotidiana; de estoicismo y fuerza inagotables.

Los jóvenes estamos ahí incluidos, ¡desde luego que sí!.La edad no es óbice para formar parte de la suma.

Representamos la voz de la República que les dice a todos nuestros héroes, que también nosotros los jóvenes, estamos hechos de valores, que ante las actuales coyunturas que afronta el país, la juventud está aquí para encararlas con resolución inteligente.

No perdamos el tiempo en vanas discusiones y atendamos lo fundamental.

Aceleremos el paso.

Invirtamos nuestros esfuerzos en reducir las asignaturas pendientes, sea cual fueren su origen, naturaleza, complejidad y magnitud.

Son propuestas tendentes a cohesionarnos y mantener una fe inquebrantable en esta benévola y generosa Nación.

Volemos alto y con ruta — como el águila mexicana — símbolo patrio.

Volemos alto y con entrega, como lo hicieron estos seis aguiluchos en 1847 yque inspiraran la pluma de Amado Nervopara poetizar aquel amanecer en este cerro del chapulín:

“…Allí fue…la mañana era de oro… septiembre estaba en flor… ¡y ellos morían!...”

En el siglo XIX, los bisoños cadetes combatieron sin miramientos al invasor; ahora,nos corresponde la obligación desuperar los retos del siglo XXI.

Los mexicanos anhelamos un futuro. El mañana… también es un derecho.

Pero sólo se puede forjar con una sociedad consciente de su ayer, en comunión con su presente y ávida de su porvenir.

Apliquemos entonces la voluntad yel entendimiento, para encontrar los acuerdos que requiere este México que nos ha tocado vivir y defender.

Apuntalemos la sutura gentilicia incrustada en la arqueología de nuestras culturas; en la policromía de las montañas, valles, cielos y mares; en la música y la danza; en el idioma y la literatura; en el pasado y en la modernidad y de manera señalada, en la cohesión social.

Tenemos todo para vencer y triunfar.

Y la lucha diaria contra las amenazas que interfieren nuestro desarrollo y seguridad, no será la excepción.

Los jóvenes pensamos y soñamos.Escudriñamos el ayer para tornearnuestro propio destino, para crearlo con afán y con las herramientas que tenemos al alcance: educación, entusiasmo y determinación.

Quienes atesoramos la oportunidad y el orgullo de abrazar la carrera de las armas,más comprometidos estamos con esta noble Patria que nos cobijay concede identidad y pertenencia.

Creemos en la honradez; en la integridad; en el compañerismo solidario y a toda prueba; en la historia y en el imaginario colectivo; pero sobre todo, creemos en nosotros mismos, porque somos mexicanos de tiempo completo.

Toda Nación es perfectible y ahí radica el cometido.

Existen voces empecinadas en gritar todos los días que somos las generaciones de las crisis, de los desanimados y sin posteridad.

No se dan cuenta que el real desencanto está en su miopía, en su desaliento, en el acendrado pesimismo que genera en sus mentes una conmoción antinacionalista,empeñada en transformar el denuedo en fracaso.

No y mil veces no, a ese abatimiento.

Dejemos las excusas que disculpan todo y nada alivian; que impiden redoblar la marcha y multiplicar esfuerzos.

¡Basta! de endémicas aflicciones. ¡Basta! de aquellas penas o quejas que sólo generan parálisis anímica.

Nada nos amedrenta, ni la estridencia, ni los vientos tempestuosos, tampoco las viscosas miasmas. Concurramos con los que quieren un mejor país, con justicia y seguridad.

A todos, absolutamente a todos, nos atañe y compete su logro, con gran responsabilidad y respeto recíproco; sin titubeos.

La ventura de las generaciones presentes, debe procurarse sin comprometer a las generaciones del futuro.

Abandonemos entonces, esas actitudes medrosas que algunos adoptan para deslindarse de las responsabilidades que la ley les impone.

Conviene más a la nación respaldar… que lamentar.

Amable auditorio.

El civismo no ha muerto.Tampoco se ha diluido la historia.

Los célebres antecesores que concibieron el ayer, nos legaron una Nación íntegra, agraciada y con prestigio.

Septiembre pretérito nos trajo la libertad y la honra por la mexicanidad y por nuestros héroes patrios.

Perseveremos con ahínco en la búsqueda de nuestras aspiraciones y objetivos.

Los mexicanos somos capaces de alcanzar metas.

Quienes estamos en estos momentos inmersos en nuestra formación miliciana, nos sentimos con ánimo de colaborar para lograrlas.

Entereza que nos provee el uniforme que portamos, pues es vínculo de reciedumbre y prosapia con los Niños Héroes del 47.

Pero también, es eslabón indestructible con todas las mujeres y hombres que en esta tierra, realizan todos los días su propio heroísmo, silencioso y anónimo.

México……México ha de ser, lo que queramos que sea.  

Muchas gracias.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Somewhere.


En algún lugar se encuentran todas esas promesas que alguna vez se hacen, ahí se encontraran también los sueños que uno desecha poco a poco con el paso del tiempo, se encontrara todo aquello que alguna vez tuvimos y que nunca mas retornara.

En donde todos los colores retornen al blanco y podamos dibujar los propios errores con el color rosado para que al final con sonrisa en labios podamos decir que aprendimos algo, donde se encuentre la vida que siempre soñamos y escuchemos decir “te lo dije”, si, algún lugar donde seamos todo y nada a la vez.

Pero sobre todo, en donde pertenezcamos y podamos cantar toda la noche, podamos bailar en el sin sentido del mundo sin sentirnos egoísta, podamos hablar y sentirnos escuchados, podamos reír sin sentirnos engañados

Si algún lugar donde podamos volver a ser nosotros.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Dibujando sueños


Apareciste un segundo en mis sueños, inmediatamente desperté agitado por tu visión, corrí a buscar un lápiz y papel con la intención de dibujarte, quería conservarte, hacerte mía aunque fuera en papel.

Me enamore inmediatamente de tu cabello largo, de tu figura que invitaba a explorarla, de tu mirada tímida y de todo lo que significabas.

Guarde ese dibujo por años convencido de que no era mas que una ilusión, un sueño de aquellos a los cuales estoy tan acostumbrado que no se realizaran, hasta que te vi, aquella mañana, te reconocí inmediatamente, eras mi sueño en persona, no sabia como acercarme, te conocía de años y sin embargo éramos totales extraños.

Me acerque lentamente, tantos años pensando este momento y mi mente en blanco, me coloque a tu lado y pedí tu nombre, volviste a mirarme con esa timidez que me hizo disipar la mínima duda que quedaba, eras tu, a la que estaba esperando.

Los días pasaron y mi dibujo tomaba forma, tomaba nombre, tomaba gustos, tomaba dirección, tu cabello tomaba olor, tu cuerpo no era mas una invitación si no un placer, tus labios no eran mas un simple trazo y esa mirada tímida tomaba profundida.

Los sueños que se cumplen son demasiado extraños.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Rutina

 *Escrito en septiembre 2007

La vida pasa lento mientras esperas que se termine el día, otro día más haciendo lo mismo, la rutina nos acaba, nos convierte en seres que deambulan por esta la vida por pura inercia, vale la pena vivir así o por plantearlo mejor ¿en verdad vivimos?

Cuanta vida malgastamos buscando vivir mejor, cuantas cargas llevamos esas mismas que llevaron nuestros padres, cuanto peso de responsabilidades preestablecidas nos llevan a gastar vida en momentos simples que podríamos suprimir, somos lo que hacemos ¿y si hacemos algo aburrido y repetitivo, y si no disfrutamos la vida a lo máximo en que nos convertimos?

Cuantas vidas pasan ante nuestros ojos, propias y ajenas, cuantas veces nos perdemos a nosotros mismo intentando vivir otra vida, cuantas veces nos engañamos de que la nuestra es la mejor que podríamos haber tenido. Es difícil dar un giro inesperado, pero es más difícil ser lo mismo una y otra vez.